Extract From The Last Will And Testament Of Mancio Sierra Lejesema, Ms.
[The following is the preamble of the testament of a soldier of the Conquest, named Lejesema. It is in the nature of a death-bed confession; and seems intended to relieve the writer’s mind, who sought to expiate his own sins by this sincere though tardy tribute to the merits of the vanquished. As the work in which it appears is rarely to be met with, I have extracted the whole of the preamble.]
Verdadera confesion y protestacion en articulo de muerte hecha por uno de los primeros espanoles conquistadores del Peru, nombrado Mancio Sierra Lejesema, con su testamento otorgado en la ciudad del Cuzco el dia 15 de Setiembre de 1589 ante Geronimo Sanchez de Quesada escribano publico: la qual la trae el P. Fr. Antonio Calancha del orden de hermitanos de San Agustin en la cronica de su religion en el lib. 1, cap. 15, folio 98, y es del tenor siguiente.
“Primeramente antes de empezar dicho mi testamento, declaro que ha muchos anos que yo he deseado tener orden de advertir a la Catolica Majestad del Rey Don Felipe, nuestro Senor, viendo cuan catolico y cristianisimoes, y cuan zeloso del servicio de Dios nuestro Senor, por lo que toca al descargo de mi anima, a causa de haber sido yo mucho parte en descubrimiento, conquista, y poblacion de estos Reynos, cuando los quitamos a los que eran Senores Ingas, y los poseian, y regian como suyos propios, y los pusimos debajo de la real corona, que entienda su Majestad Catolica que los dichos Ingas los tenian gobernados de tal manera, que en todos ellos no habia un Ladron ni hombre vicioso, ni hombre holgazan, ni una muger adultera ni mala; ni se permitia entre ellos ni gente de mal vivir en lo moral; que los hombres tenian sus ocupaciones honestas y provechosas; y que los montes y minas, pastes, caza y madera, y todo genero de aprovechamientos estaba gobernado y repartido de suerte que cada uno conocia y tenia su hacienda sin que otro ninguno se la ocupase o tomase, ni sobre ello habian pleytos; y que las cosas de guerra, aunque eran muchas, no impedian a las del Comercio, ni estas a las cosas de labranza, o cultivar de las tierras, ni otra cosa alguna, y que en todo, desde lo mayor hasta lo mas menudo, ten............